Las personas que están luchando contra el cáncer a menudo experimentan alopecia como consecuencia de los tratamientos de radioterapia y quimioterapia. Aquellas que quieren disimular la caída del cabello, buscan en el mercado las mejores pelucas oncológicas para poder lograr este objetivo.
Si bien existen diferentes alternativas, existen algunos consejos que quienes están atravesando esta enfermedad pueden tener en cuenta para escoger la pieza que se adapte de manera más efectiva a sus necesidades y preferencias.
Exploremos juntos estas recomendaciones.
Los tratamientos para combatir el cáncer tienen diversos efectos secundarios. La alopecia, o pérdida de pelo, es uno de los más habituales.
La caída del cabello se produce porque los medicamentos aplicados durante la quimioterapia dañan los folículos pilosos, haciendo que las fibras capilares se caigan.
Si bien generalmente el cabello vuelve a crecer una vez que finaliza el tratamiento, durante el tiempo que dura el proceso, el impacto emocional de perder el pelo es notable.
Utilizar pelucas oncológicas es una estrategia clave para reforzar la autoestima de los pacientes, ya que estas piezas fomentan la aceptación, aportan privacidad, restauran la confianza y promueven una actitud positiva.
Ahora bien, una vez que se han decidido a utilizar una peluca para disimular la pérdida del pelo derivada del tratamiento, es habitual que las pacientes se pregunten cómo escoger la pieza ideal.
A continuación, detallamos algunas recomendaciones que permiten seleccionar las mejores pelucas oncológicas.
Las pelucas pueden estar hechas de fibras sintéticas o de cabello natural. Si bien las primeras son más económicas y requieren menos mantenimiento, no son tan versátiles y, por la naturaleza de su material, pueden generar incomodidad, especialmente en quienes tienen el cuero cabelludo más sensible.
Por eso, las mejores pelucas oncológicas están hechas de pelo natural. Aunque requieren mayor cuidado, son más confortables, suaves y resistentes.
El cuero cabelludo se vuelve sensible durante la quimioterapia. Las pelucas de cabello natural suelen ser más transpirables, ya que favorecen la circulación del aire por el cuero cabelludo.
Esto reduce la acumulación de sudor y bacterias, reduciendo el riesgo de calentamiento, picazón e incomodidad.
Una peluca es cómoda cuándo se ajusta de manera perfecta, es decir, ni queda floja ni aprieta demasiado.
Por otro lado, el tamaño del gorro de la peluca elegida debe estar en función de la anatomía de la cabeza de cada usuaria. Solo así es posible evitar que la pieza se mueva o se deslice y asegurar que permanezca en su lugar.
Cuanto más liviana sea la peluca, más cómoda resultará.
Por eso, independientemente del color y del largo de las fibras, las mejores pelucas oncológicas son ligeras, ya que estas piezas reducen la carga sobre la cabeza y el cuello, aumentando el confort.
Una peluca no tiene que verse como un agregado, es decir, como algo que no encaja dentro del estilo de la persona que la porta.
Por el contrario, tiene que ser un elemento que se integre a la perfección con el look, logrando un aspecto natural que aporte seguridad a las usuarias.
Ahora que ya sabés qué tener en cuenta para elegir las mejores pelucas oncológicas, es momento de que encuentres la tuya. En Pozzi, contamos con una amplia variedad de modelos para que puedas escoger aquella que mejor se ajuste a tus preferencias y necesidades. Mandanos un mensaje.